Como si se tratara de una pieza sinfónica, hemos organizado la presentación del libro que nos convoca hoy Donde dije, digo, en cuatro movimientos, pues, aunque los mismos articulados constituyen un solo cuerpo, cada uno de ellos conserva cierto rasgo y autonomía que le distinguen y dan vida propia.
Primer movimiento: Alexis Peña o la osadía del creador y gestor cultural
El primer movimiento de una sinfonía generalmente es rápido, en el caso que nos ocupa, vital. Sin duda alguna, este primer movimiento tenía que estar centrado en Alexis Peña, persona a la que conocemos desde hace tres décadas. Durante ese transcurso de tiempo le hemos visto iniciar estudios de cine, cuando esa carrera representaba un pasaje de ida a un lugar incierto. Juntos hemos transitado su breve aventura por la poesía, en la expresión más restringida del concepto, porque todo lo que él escribe es poético; también hemos compartido varias iniciativas de producción conjunta, algunas publicadas, otras, en carpeta. Le hemos visto producir guiones, explotar el humor y crecer en la reflexión aforística más allá de dos dedos de frente. Y como si fuera poco, su determinación autodidáctica, ruta que transitan los buenos escritores en su proceso de formación, le ha llevado a salir airoso en la corrección de textos, en el dominio de múltiples manifestaciones literarias caracterizadas por la brevedad, entre ellas: microrrelatos, haikus, aforismos, canciones…
Todo esto lo ha impulsado a ser un emprendedor cultural, escribir para distintos medios impresos, formar y acompañar talleres literarios, desarrollar el proyecto llamado Taller de Creación Literaria Experimental, TCLEC, plataforma desde donde imparte una serie de cursos sobre un conjunto de manifestaciones literarias que domina y por las que ya ha recibido reconocimientos y premiaciones, a él y a varios de los talleristas participantes. ¡Nuestro respeto y admiración por su labor!
Segundo movimiento: Pragmática de los géneros costos
El segundo movimiento de una sinfonía se ralentiza, y en nuestro caso, podría aparentar denso, pero es necesario.
La publicación de un libro de aforismo hoy día, tiene una validez insospechada. En este sentido, nos aventurarnos a afirmar que, debido a un conjunto de cambios socioculturales, científicos, tecnológicos, entre otros que impactan nuestra sensibilidad y el modo de relacionarnos, el siglo XXI es el siglo de los géneros cotos, por lo menos así se intuye en estas primeras dos décadas. Hoy, cada vez más, vivimos en sociedades caracterizadas por consolidar ámbitos de socialización predominantemente urbanos, sociedades impactadas por el acelerado desarrollo de las tecnologías de la comunicación y la información, donde se percibe el avance silencioso de lo que algunos han llamado “crisis de atención”, muy a pesar del exceso de contactos en las llamadas redes sociales y la abundancia de palabras vía telefónica. Nos vamos convirtiendo en seres “multitarea intensivos”, con aire posmoderno. La consecuencia aparente es la tendencia a ser menos reflexivos, productivos y profundos en el pensamiento. De manera que el espacio para la prolongada y sosegada lectura, como en otros tiempos, es cada vez más escaso.
Nos hallamos ante este cambio de época, uno de los grandes momentos de transición de la humanidad, quizás comparado con aquél tránsito de la Edad Media a la Moderna. En este contexto adquiere sentido y pertinencia la recuperación, por un lado, y la exploración, por otro, de las más variadas formas breves de expresión cultural que nos han acompañado por siglos, pero desde luego, con la sensibilidad y los aires de este tiempo. Y qué agradable sorpresa, ese parece ser el sello distintivo del Taller de Creación Literaria Experimental, TCLEC, que ha parido, entre otros, el libro de aforismos Donde dije, digo.
El aforismo es una expresión de los llamados géneros cortos. Son decenas las manifestaciones orales y escritas que engloba esta categoría. Y como bien señala Josefina Guzmán Díaz, en uno de los estudios más interesantes sobre el tema: “Los géneros cortos forman parte de la memoria social y la cultura los reproduce con cierta regularidad, materializados en refranes, dichos, proverbios, albures, eslóganes, consignas, lemas, etcétera. Constituyen además un procedimiento discursivo de gran importancia en la oralidad, pero son también recreados en la escritura desde tiempos inmemoriales”1. Se trata de géneros escasamente estudiados, a pesar de que contienen saberes colectivos que transmiten maneras de ver, sentir y actuar en la vida. Por lo tanto, los géneros cortos funcionan como uno de los principales dispositivos de incidencia cultural.
Podemos afirmar, entonces, que estos géneros, que en muchas ocasiones están contenidos en un discurso mayor, cumplen la misión de provocar una reacción en el interlocutor a partir de reafirmar o confrontar el corpus ideológico presente en una cultura, ese que se transmite de generación en generación. Por ello es necesario decir aquí que la producción de un texto, en el caso que nos ocupa aforístico, es un acto enunciativo que supone un público meta – interlocutor referente- y, como tal, implica la existencia de una situación en la cual quien escribe se manifiesta con una intencionalidad expresa, directa. El resultado es un enunciado caracterizado formalmente por asumir, en términos generales, unas normas definidas y una configuración propia como acto de habla que, en el caso de la creación literaria, el horizonte a la vita llama a innovar teniendo como telón de fondo el contexto presente.
Y es que los aforismossurgen como fruto de la experiencia y el discernimiento ante hechos culturales. Por consiguiente, demandan de su creador una aguda reflexión sobre aspectos de interés para la vida, asimismo, una capacidad de síntesis del pensamiento traducida en economía de palabras.A diferencia de los refranes y los proverbios,la naturaleza de los aforismos está ligada predominantemente a la escritura, por lo que estos adquieren cierta formalidad, con un carácter sentencioso y autor definido. Sin embargo, bien pueden transitar hacia la oralidad si son asumidos colectivamente y, en consecuencia, podrían tender a perder progresivamente su autoría.
El aforismo desafía al lector, pues lo confronta con sus creencias, hábitos y patrones culturales. Irma Munguía y Gilda Rocha nos dicen que “El aforismo permite descubrir lo que está encubierto por la herencia cultural; se trata de verdades que tienen valor no porque sean verificables mediante procedimientos lógicos, sino que su valor radica en que dicen algo nuevo e inesperado, obligan al lector a reflexionar sobre otra dimensión de la realidad, provocan significaciones novedosas, aún no conocidas, y por ello parecen en ocasiones grandes absurdos o grandes verdades” 2.
Es sabido que los aforismos no tienen un carácter narrativo ni ficcional y que generalmente enfrentan el dogma, la tradición, la lógica predominante de pensar y actuar en una época dada, como se ha dicho antes. Al leer el conjunto de textos presentes en el libro de TCLEC podemos apreciar que cumplen con esa misión, reservada para escritores auténticos, como los del colectivo de la presente publicación.
Ir contracorriente siempre será parte del espíritu creador. Sin duda alguna, en la actualidad sigue siendo pertinente, quizás más que nunca en la historia de la humanidad, impactar en los demás por medio de actos de habla, breves en su formulación y trascendentes en su sentido y pertinencia. Esto parece haberlo entendido el conjunto de autores del libro de aforismos que ya podemos disfrutar.
Tercer movimiento: Donde dije, digo aforismo TCLEC
En la sinfonía el tercer movimiento es una transición al cuarto. En el caso que nos ocupa, este movimiento es la razón de ser de los demás y delata la complicidad y sintonía de 19 autores, para leer críticamente la sensibilidad de la época actual, cada uno con su sello particular.
En el conjunto de textos recogidos en este primer libro de aforismos publicado por TCLEC, hay tres rasgos comunes que, a nuestro juicio, destacan sobre los demás, a saber: primero, en los autores se evidencia un desarrollo de conocimiento, expresado en la utilización con propiedad de las competencias técnicas del género en cuestión; segundo, salta a la vista la profundidad de pensamiento sobre la condición humana y la sociedad actual en sus diversos contextos; y tercero, el rasgo más pronunciado es el nivel de criticidad sobre las más variadas dimensiones de la vida, tanto públicas como privadas. Desde luego, estos dos últimos rasgos casi siempre aparecen entrelazados.
En términos generales, en el conjunto de textos recogidos en esta antología, se puede apreciar que ha habido estudio y dominio de una técnica. Los textos en cuestión, buscan cumplir con la definición de aforismo generalmente aceptada, recogida en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, donde se afirma que este es una “Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte”. Se puede advertir que esta definición está muy anclada en la producción de los clásicos, grandes cultivadores de este género, entre ellos Hipócrates (El miedo y la tristeza, cuando duran mucho, constituyen una afección), Sócrates, Platón, Aristóteles, Nietzsche, Kafka y un autor emblemático y desafiante como Cioran (Ser o no ser… Ni lo uno ni lo otro).
Sin embargo, los autores de Donde dije, digo aun manteniendo apego al canon, recrean yactualizan el género reseñado. Podemos apreciar cómo lo transitan airosamente. Aunque en la publicación aparecen algunos textos que no se enmarcan en este género, lo cual se nos adelanta en el título del libro al señalarlos como fragmentos, pero no necesariamente por ello son menos trascendentes. Esta situación respecto a la formalidad del aforismo es entendible, pues el mismo está próximo a otros géneros cortos, por lo que a veces resulta difícil distinguir la frontera con otro.
Lo cierto es que al leer este libro hallamos una gama de textos, como es lógico con variedad de estilos y preocupaciones temáticas: en unos se destaca su carácter sentencioso, estilo depurado, llano, respetuoso del canon aforístico; en otros, su adecuado manejo de la ironía y cierto aire de humor…; en unos sobresalen rasgos creativos, podría decirse que ingeniosos, con un sutil vuelo poético; en otros, su carácter lacónico, directo e impactante. Lo cierto es que en muchos de ellos convergen varios de estos rasgos distintivos.
De igual modo, en esta selección de textos encontramos abundante denuncia y crítica social, generalmente bien logradas, asimismo, una mirada escrutadora sobre el martirologio y sus consecuencias, además de reflexión sobre corporeidad y espíritu, hasta abordar el desmonte de refranes, con un giro de profundidad y evidente agudeza.
En síntesis, Donde dije, digo es una compilación de textos bien concebidos en su universo aforístico y elevado vuelo de pensamiento.
Cuarto movimiento: El lector resignifica el texto
El cuarto movimiento en la sinfonía es rápido y alegre. Así, justamente, se nos presenta el momento de lectura de este libro de aforismos, lo que justifica su acto de escritura y publicación en el contexto presente.
Lo cierto es que los lectores siempre jugamos un rol de significación ante la obra que se nos presenta. Hace mucho tiempo que tenemos claro que cuando leemos no somos simples receptores como se pensaba, sino sujetos activos al atribuir sentido al lenguaje escrito, en un proceso de elaboración de significado. Y es que al leer interrogamos el texto a partir de una expectativa real (necesidad-placer).
Por lo tanto, ante la disponibilidad de buenos textos como los publicados por este conjunto de autores, ahora la misión es nuestra como lectores que además de deleitarnos, también podemos socializar el contenido de esta producción. En definitiva, disfrutemos este libro, con aforismos hechos para el tiempo presente – tiempo marcado por las llamadas redes sociales- y compartamos su contenido a través de las múltiples vía que tenemos hoy a disposición.
- Guzmán Díaz, Josefina: Los géneros cortos y su tipología en la oralidad. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632004000100010.
- Munguía Zatarain, Irma; Rocha, Gilda Romero: Hacia una concepción del aforismo como un nuevo discurso crítico. http://poligrafias.unam.mx/uploads/2003/16-irma-mungia-aforismos.pdf